La importancia de la tribu en la maternidad

Antiguamente las mujeres parían y criaban a sus criaturas en tribu. No estoy hablando de tribus del Amazonas, que también, sino de esas grandes casas de pueblo en las que cabían varias generaciones bajo el mismo techo. Normalmente la mujer paría en casa, asistida por el/la médico, la matrona o doula, y por su madre, o su hermana, o con alguna mujer que sería a partir de ese momento «su tribu».

En la sociedad actual, individualista, con una aplastante mayoría de población habitando las grandes ciudades, donde en los pisos o casas ya sólo viven los progenitores y sus descendencias (hecho que también encuentro normal, pues «el casado casa quiere», como dice siempre el Jose), muchas de las mujeres que entramos en el mundo de la maternidad sentimos la necesidad de formar esa tribu, de entrar en una red de mujeres que han pasado o están pasando por lo mismo que nosotras y pueden guiarnos y acompañarnos en este camino llamado «ser madre». Más allá de nuestras madres, que también están ahí siempre, siempre.

Cuando me quedé embarazada, Elisabet, Eli, (una buena amiga con quien además de muchas risas y confesiones compartí algún que otro TO -para quien no esté en este mundo, test de ovulación-) me habló por primera vez del SócPetit. Se trata de una web de temática infantil en la que hay un foro que arde. Hay infinitos temas relacionados con el embarazo, la búsqueda de él, la reproducción asistida, el parto, el posparto, la crianza…

Entré y fui leyendo temas, resolviendo dudas típicas de embarazada primeriza, al principio con timidez. Hasta que encontré un grupo de madres «setembreres», es decir, que les tocaba parir en septiembre, igual que yo (ya sabéis que Indira finalmente nació el 1 de octubre, pero tenía que nacer sobre el 21-22 de septiembre). Al entrar tenías que presentarte y dar los datos básicos: nombre, edad, sexo de la criatura, FPP (fecha probable de parto), nombre elegido para el bebé…

Al poco tiempo nos pareció más práctico crear un grupo secreto de Facebook. Pero enseguida nos dimos cuenta que lo mejor para estar en contacto directo era el WhatsApp… ¡válgame Dios! La idea estaba muy bien, pero teníamos todas tantas ganas de hablar y contarnos cosas que fundíamos las baterías de cualquiera, con 300 mensajes por leer en un solo día.

Durante el embarazo íbamos siguiendo las revisiones y ecos de todas, lo que nos iba diciendo el médico, si fulanita o menganita iba creciendo bien, si nos apetecía un donut, comentábamos qué nombre queríamos ponerle a los peques (ellas fueron casi casi las primeras en saber que mi peque se llamaría Indira), si no podíamos con ese o aquél comentario, nos reíamos con que algunas estaban a pan y agua y otras follaban más que nunca… En fin, fuimos creando un grupo de apoyo, todas muy distintas y a la vez con muchos puntos en común. Poco a poco y sin darnos cuenta fuimos formando una tribu.

Y cuando empezaron a nacer los primeros niños del grupo, Sergi y Aina, que fueron gemelos y se adelantaron a agosto, vivimos cada parto con ilusión, expectación, alegría, empatía, nervios… La última niña en nacer fue Indira, que se resistió hasta el final y nació el mismo día que Queralt, pero unas horas más tarde. Como veis, parimos en agosto, septiembre y octubre, pero todas nos sentimos «setembreres» de corazón.

 

15591128_10206033669321198_6936288554715894430_o
Con el permiso de todas ellas, representación del grupo de «setembreres» en la primera quedada. ¡Ya estamos preparando la segunda!

Ahora con la crianza más de lo mismo: que si no duerme, que si qué cremita le pones, que si mira qué hace ya, que si me he sacado 150 ml de leche, que cómo quitas las manchas de papilla, que ya salen los primeros dientes, que si cómo empezamos con el BLW, que si esta guarde me gusta, … Y ya no solo hablamos de niñ@s, sino que hemos traspasado la barrera temática y ya comentamos todo aquello que deseamos compartir entre todas.

A parte de este grupo, a nivel local y como ya conté en otro post, también está el de mamis del pueblo donde vivo desde hace poco, al que conocí en clases de yoga para embarazadas. Es bonito también irnos viendo por el pueblo, quedar para tomar un té e ir viendo crecer a nuestros pequeños tesoros. Of course, también tenemos nuestro grupo de WhatsApp, donde además de hablar de nuestras cositas, nos vamos avisando de talleres y charlas interesantes en la zona.

Ya sabes, si esperas un bebé o eres madre, busca un grupo de madres. Respetuoso, diverso. Cada una comparte hasta donde quiere, y participa hasta donde puede. Para compartir, reír, llorar, pedir consejo, escuchar, animar… para crecer. Es una grata experiencia que me llevo de la maternidad: haberlas conocido.

Dedico el post de hoy a l@s peques de la tribu agosto-septiembre-octubre de 2016: Aina, Àlex, Berenguer, Carla, Carlota, Èric, Itai, Laia, Martí, Nadia, Paula, Queralt, Roc, Senda y Sergi.

Y a l@s de las mamis-yoguis: Aina, Aina, Carlota, Gerard y Laia.

 

Y mientras tanto Indira… Ha aprendido a salirse de la manta de juegos reptando como un gusanito y a la que me despisto ¡me la encuentro chupando el suelo! :O

3 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Parece mentira lo que las redes pueden llegar a unir. Porque esta via de escape, este espacio de ayuda, de acompañamiento, estas personas que han llegado a tu vida para darte alas, te las ha regalado una personita increíble que todavía no sabe lo que he hecho, con todo su doble sentido.
    Doble regalo, la descendencia y la suerte de conocer gente que te acompaña de ahora en adelante.
    Un post preciós :*

    Le gusta a 1 persona

    1. petitaindi dice:

      Totalmente de acuerdo! Algún día tendremos que contarles a los peques lo que han hecho por nosotras sin saberlo.
      Gràcies guapa! 🙂

      Le gusta a 1 persona

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s